TRAVESIA DE ISLANDIA

01.10.2021

A TRAVES DEL MURO DE VIENTO

Agacho la cabeza aferrándome con fuerza al manillar de mi fatbike. La fuerza del viento es tan grande que cada paso es una batalla. Es feroz y despiadado, siento como si penetrase un muro. Poco antes una súbita ráfaga ha desmontado violentamente a Anne Mara de su bicicleta. No hay sitio para cubrirse. Nos sentimos muy desprotegidos. Esto es una locura ...


Dejamos atrás la civilización

Dia 1. Salimos temprano de Reykjavík. En Vik i Myrdal, en el último autobús que nos llevara a las proximidades del pueblecito de Kirkjubæjarklaustur, el conductor no encuentra sitio para las bicicletas tan cargadas, así que hemos de pedalear los 40 km asfaltados de la Ring Road 1 hasta el comienzo de la pista. El día es fabuloso, así que tras unas 4 horas por una carretera fácil llegamos al comienzo de la ruta propiamente dicha. Entramos en la cómoda pista R-209 y poco después enfilamos la mucho más exigente F-232 que penetra en las entrañas del alucinante Landmanalaugar. Al atardecer, con el sol todavía alto en el horizonte, encontramos un bello lugar junto al intimidante rio Leira, en donde montamos el campamento 1.

Ante nosotros se alzan enormes, blancos e inmaculados, los volcanes de Eyjafjallajökull y Katla entre campos de lava e idílicas laderas cubiertas de musgo y hierba de un intenso color verde. 

Belleza y magia se combinan con amenazantes y obscuras fuerzas que parecen proceder del mismísimo infierno. Sin embargo, una gran paz nos envuelve, aunque un sentimiento de inquietud y temor se apodera de nosotros. Islandia no da nada gratis y sabemos que nos va a someter a duras pruebas en los días venideros. 

La aventura ha comenzado.

Ante nosotros se alzan enormes, blancos e inmaculados, los volcanes de Eyjafjallajökull y Katla entre campos de lava e idílicas laderas cubiertas de musgo y hierba de un intenso color verde.
Ante nosotros se alzan enormes, blancos e inmaculados, los volcanes de Eyjafjallajökull y Katla entre campos de lava e idílicas laderas cubiertas de musgo y hierba de un intenso color verde.
Al atardecer, con el sol todavía alto en el horizonte, encontramos un bello lugar junto al intimidante rio Leira, en donde montamos el campamento 1.
Al atardecer, con el sol todavía alto en el horizonte, encontramos un bello lugar junto al intimidante rio Leira, en donde montamos el campamento 1.

Una gran paz nos envuelve, aunque un sentimiento de inquietud y temor se apodera de nosotros. Sabemos muy bien que Islandia no da nada gratis...


Entrando en un mundo primigenio

Dia 2. Nos despertamos con lo que parece que va a ser un día precioso. Los glaciares resplandecen intensamente y el verde de los prados es todavía más intenso que en la tarde anterior. El rio brama cercano.

La pista, pedregosa y exigente, serpentea ascendiendo suavemente por un enorme campo de lava, vestigio de la enorme explosión del volcán Laki en 1783. Su erupción abrió una larga grieta con 130 cráteres y escupió durante 8 meses enormes cantidades de gases sulfurosos. Mas del 20 % de la población islandesa pereció devastando la casi totalidad de las granjas y ganados. Una neblina espesa conteniendo azufre se extendió a Europa Occidental y provocó miles de muertes. En América del Norte, el invierno de 1784 fue el más largo y frío jamás conocido. Con estas cosas en mente pedaleamos adentrándonos poco a poco en este paisaje desolado, que con el transcurso del tiempo se ha convertido en un atractivo escenario de extraña belleza casi imposible de describir.

La pista culebrea incansablemente entre los campos de lava. Unas veces asciende de forma suave, otras brutalmente. A menudo nos vemos obligados a echar pie en tierra, y entre jadeos y sudores, empujar las pesadas bicicletas. Poco a poco penetramos en este reino de "Mordor" rodeados de montañas de extrañas formas e increíbles colores, cataratas de ensueño y gélidos ríos que nos hacen temblar de frio al cruzarlos... La temperatura es suave, el sol de vez en cuando asoma entre las nubes, aunque sentimos frio cuando este desaparece tras ellas. Avanzando poco a poco por estos inhóspitos parajes, no podemos evitar sentir un cierto desasosiego. Seremos capaces de completar nuestro objetivo y cruzar la isla de costa a costa? Solo el tiempo nos dará una respuesta...

Al caer la tarde, cansados ya, montamos el Campamento 2 junto a un rio serpenteante en un bello prado cubierto de suave musgo verde. Sobre nosotros la pista culebrea a través de abruptas montañas que prometen escaladas duras. 

Pero eso será para mañana y mañana está muy lejos...

Belleza y magia se combinan con amenazantes y obscuras fuerzas que parecen proceder del mismísimo infierno.

Poco a poco penetramos en este reino de "Mordor" rodeados de montañas de extrañas formas e increíbles colores...
Poco a poco penetramos en este reino de "Mordor" rodeados de montañas de extrañas formas e increíbles colores...

Lluvia incesante. Islandia enseña su peor cara

Dia 3. Negros nubarrones cubren el cielo en la mañana del día 3. Un viento racheado zarandea la tela de la tienda. Nuestro más temido enemigo amenaza: Lluvia. Con lluvia no hay Goretex ni tejido moderno que valga, después de unas horas bajo ella todo acaba mojado, frio, deprimente y desagradable ...

Las primeras rampas son muy empinadas, empujamos las bicicletas apuntalando bien los pies en el pedregoso terreno para no resbalar hacia abajo. Mas tarde el cielo descarga una lluvia fría y persistente que no cesa en todo el día. Estamos deprimidos y preocupados pensando en lo muy desagradable que es el dormir mojado... La progresión es lenta, empinadas rampas se suceden unas tras otras. En una ocasión nos equivocamos de pista tomando otra que nos lleva a un inhabitado refugio donde nos podemos proteger por un rato corto de la lluvia persistente. Desafortunadamente hemos de rehacer 3 kilómetros muy empinados para volver a la ruta correcta.

Algo después un impetuoso río, muy crecido por la lluvia, nos obliga a cruzarlo dos veces con extremo cuidado. El agua nos llega casi hasta la parte alta de los muslos acabando todavía más mojados... El frio es intenso y la moral decae. 

Después de unas horas interminables bajo la lluvia, el frío y la niebla, llegamos la algo más fácil pista F-208. En ese momento, el cielo se abre y suelta una tremenda lluvia que nos deja totalmente empapados.
Después de unas horas interminables bajo la lluvia, el frío y la niebla, llegamos la algo más fácil pista F-208. En ese momento, el cielo se abre y suelta una tremenda lluvia que nos deja totalmente empapados.

Estamos deprimidos y preocupados pensando en lo muy desagradable que es el dormir mojado... 

Mientras que tratamos de secarnos un poco, aparece un todo terreno que, con grandes dificultades, consigue atravesar la furiosa corriente. Sus ocupantes nos aseguran que a 20 kilómetros podremos encontrar un refugio donde pernoctar. Esto nos da nuevos ánimos, pero 20 kilómetros en Islandia no se hacen rápidamente. Apretamos los dientes y continuamos kilómetro tras kilómetro.

Al cabo de unas horas eternas bajo la lluvia, el frio y la niebla, alcanzamos la más sencilla pista F-208. En ese momento los cielos se descerrajan dejando caer tal tromba de agua que cuando por fin llegamos al refugio, esta chorrea de cada molécula de nuestros cuerpos. 

Pero eso ya no importa, esta noche dormiremos a cubierto en secos y mullidos colchones y podremos secar la ropa. La vida sonríe de nuevo...


Landmanalaugar, el país de cuento de Hadas 

Dia 4. Cuando nos levantamos, el sol brilla alto en un bello cielo azul, y el aire parece estar lleno de nuevas promesas. Hoy la ruta nos conducirá hasta el mismo corazón de Landmanalaugar, unos de los lugares más impresionantes de todo Islandia. La pista es más sencilla que en anteriores días, pero sigue siendo exigente, con tremendas rampas sobre todo al principio. El paisaje que paulatinamente se va abriendo ante nosotros nos deja enmudecidos. Es de una extraña belleza, parece no pertenecer a este mundo, como salido directamente de un cuento de hadas... Mudos y asombrados recorremos kilómetro tras kilómetro estos parajes, hoy afortunadamente acariciados por los suaves rayos del sol. Cruzamos incontables ríos y arroyos, unas fáciles otros más exigentes.

El día ha sido largo y duro, y al caer la tarde llegamos por fin al refugio de Landmanaulagar. Estamos contentos y satisfechos, poco a poco vamos avanzando en la ruta a pesar de las dificultades...

El paisaje que paulatinamente se va abriendo ante nosotros nos deja enmudecidos.
El paisaje que paulatinamente se va abriendo ante nosotros nos deja enmudecidos.
La pista es más sencilla que en anteriores días, pero sigue siendo exigente, con tremendas rampas sobre todo al principio.
La pista es más sencilla que en anteriores días, pero sigue siendo exigente, con tremendas rampas sobre todo al principio.
La temperatura es suave, el sol aparece de vez en cuando entre las nubes, aunque nos tenemos frio cuando desaparece detrás de ellas.
La temperatura es suave, el sol aparece de vez en cuando entre las nubes, aunque nos tenemos frio cuando desaparece detrás de ellas.

El paisaje que poco a poco se abre frente a nosotros, nos deja sin habla por su extraña belleza, nada de lo que hemos visto antes se le puede comparar ...

El paisaje nos deja boquiabiertos por su extraña belleza, nada de lo que hemos visto antes se le puede comparar. Enmudecidos de admiración, pedaleamos kilómetro tras kilómetro ...
El paisaje nos deja boquiabiertos por su extraña belleza, nada de lo que hemos visto antes se le puede comparar. Enmudecidos de admiración, pedaleamos kilómetro tras kilómetro ...

El muro de viento

Dia 5. Este día nos saluda con enjambres de pequeñas moscas que intentan penetrar en nuestras bocas, ojos, oídos o en donde sea... ¡es sumamente irritante! Pero nada podemos hacer, así que nos armamos de paciencia y procuramos ignorarlas.

El día transcurre sin muchas incidencias, el paisaje es impresionante, el tiempo es bueno, suave temperatura y la pista bastante decente con algunas rampas, pero en general todo el recorrido es en suave descenso.

Por la tarde llegamos a un enorme campo de cenizas volcánicas a los pies del majestuoso volcán Hekla ("Puerta del Infierno"). Tiene una altura de 1.491 metros estando su ladera noroeste cubierta completamente de refulgentes glaciares. Es el volcán más activo de Islandia con más de 20 erupciones en tiempos históricos. Poco antes de alcanzar la carretera F-26, que seguiremos solamente por 4 kilómetros,

Al atardecer el viento se convierte casi de repente en un auténtico huracán. Es increíble, es casi imposible avanzar un paso... Es como un muro invisible... Al principio estamos protegidos por los campos de lava, pero más adelante, cuando salimos de ellos, nos azota con brutal fuerza. Intentamos pedalear algunos metros, pero Anna María es desmontada violentamente por una brutal ráfaga que da con sus huesos en el suelo ...

Afortunadamente la caída no tiene consecuencias, pero nos mete el susto en el cuerpo... Finalmente, tras no sé cuántas horas luchando contra este feroz viento, conseguimos alcanzar un sitio algo protegido donde, no sin dificultades, conseguimos montar el campamento...

Estamos agotados. ¿Qué pasa si este viento continúa durante días? ¿Podremos seguir avanzando en la ruta? ...

El paisaje es extranamente hermoso, el tiempo es bueno, la temperatura es suave y la pista es fácil de pedalear con algunas subidas, pero en general toda la ruta va en un ligero descenso.
El paisaje es extranamente hermoso, el tiempo es bueno, la temperatura es suave y la pista es fácil de pedalear con algunas subidas, pero en general toda la ruta va en un ligero descenso.
El volcán Hekla ("Puerta del Infierno") a 1.491 metros, con su cara norte cubierto por glaciares, es el volcán más activo de Islandia con más de 20 erupciones en el tiempo histórico.
El volcán Hekla ("Puerta del Infierno") a 1.491 metros, con su cara norte cubierto por glaciares, es el volcán más activo de Islandia con más de 20 erupciones en el tiempo histórico.

Después de no sé cuántas horas de batalla contra este violententísimo viento estamos exhaustos. ¿Qué pasa si continúa durante varios días?


El desierto volcánico

Día 6. La mañana siguiente amanece gris y lluviosa, pero el viento, aunque fuerte, ya no es huracanado.

Hoy entramos en la parte más emocionante e incierta de la ruta. Intentaremos recorrer en 3-4 días la desconocida y poco transitada zona sur del enorme glaciar del Hofsjökull y alcanzar el refugio de Kerlingarfjoll al pie de las fascinantes montañas del mismo nombre. 120 kilómetros de desierto volcánico. Las dudas aparecen constantemente en nuestros pensamientos... ¿Habrá pista? ¿Sera esta fácil de seguir? ¿Cuántos ríos hemos de cruzar, serán factibles? Todas estas cuestiones y otras más nos cruzan la cabeza, mientras que escalamos por una pedregosa pista, los 300 metros de desnivel que nos sitúan en la entrada de este enorme plato...

Hoy estamos muy cansados así que decidimos montar el campamento al cabo de unas pocas horas. Encontramos una pequeña depresión protegida del viento. El sitio es precioso, un verde prado lleno de flores y un pequeño arroyo... mejor imposible...

Apenas hemos recorrido 15 kilómetros hoy, pero debido al cansancio acumulado, decidimos darnos unas merecidas horas extra de descanso. Lo merecemos.

Hoy acampamos temprano en un pequeño valle protegido del viento. El lugar es hermoso, un prado verde lleno de hermosas plantas y un pequeño arroyo ... no podría ser mejor ...
Hoy acampamos temprano en un pequeño valle protegido del viento. El lugar es hermoso, un prado verde lleno de hermosas plantas y un pequeño arroyo ... no podría ser mejor ...

Hoy entramos en la parte más emocionante e incierta de la ruta. Intentaremos recorrer en 3-4 días la desconocida y poco transitada zona sur del enorme glaciar del Hofsjökull y alcanzar el refugio de Kerlingarfjoll.


El alto plateau

Día 7. El séptimo día amanece fantástico y aunque un viento frio y constante nos azota, no se ve ni una sola nube en el cielo. Es día es tan claro y azul que podemos ver prácticamente todo lo que nos rodea de horizonte a horizonte... La pista al principio es pedregosa y empinada y serpentea ganando altura paulatinamente. Es en estos magníficos días cuando todo este arduo viaje adquiere su sentido plenamente. Pero esto es difícil de explicar con palabras, es algo que hay que vivir...

El día pasa al principio sin apenas incidencias, aunque es largo y duro... A media tarde, cuando ya estamos machacados y aturdidos por el constante viento, hemos de cruzar un ancho rio que parece amenazador. Tiene como 150 metros de ancho y el viento lo azota constantemente levantando pequeñas olas aquí y allí... Afortunadamente no es muy profundo, solo alguna que otra vez al agua nos llega a medio muslo, pero es gélido, resbaladizo y muy pedregoso. Hemos de prestar constantemente atención para no tropezar en las resbaladizas piedras. Lo cruzamos 3 veces, cada vez con una bicicleta entre los dos, aguantando el viento y salpicados por las pequeñas olas que este levanta.

Al final del día, ya muy cansados y helados de frio, no damos crédito a nuestros ojos cuando tras un repecho, protegido en una depresión, vemos un pequeño refugio de color blanco y rojo. Cuando un poco después tiramos de su puerta y comprobamos que está abierto, la felicidad no puede ser más grande. Es muy sencillo, una mesa, dos bancos y una plataforma para dormir, pero para nosotros es como el mejor hotel del mundo.
Somos felices, el sol nos acaricia, todo va bien y avanzamos en la ruta. La vida es bella...

Intentaremos cruzar la desconocida zona sur del enorme glaciar Hofsjökull. 120 kilómetros de desierto volcánico. ¿Habrá algún rastro o pista a seguir?.
Intentaremos cruzar la desconocida zona sur del enorme glaciar Hofsjökull. 120 kilómetros de desierto volcánico. ¿Habrá algún rastro o pista a seguir?.
Al final del día, muy cansados ​​y muertos de frío, no podemos creer lo que ven nuestros ojos cuando vemos una pequeña cabaña blanca y roja, en una depresión detrás de una fuerte pendiente.
Al final del día, muy cansados ​​y muertos de frío, no podemos creer lo que ven nuestros ojos cuando vemos una pequeña cabaña blanca y roja, en una depresión detrás de una fuerte pendiente.

Cruzamos el río helado en tres ocasiones, una sin bicicletas para comprobar la corriente y dos veces más con una bicicleta entre nosotros, sordos por el viento y mojados por el chapoteo de las pequeñas olas.


El horizonte helado

Dia 8. Otro nuevo día totalmente despejado. Hemos dormido muy bien pero podemos sentir el cansancio acumulado tras 7 días de continuo esfuerzo. Los brillantes glaciares resplandecen bajo el sol. A lo lejos podemos ver el mayor glaciar de Islandia y de Europa, el enorme Vatnajökull. Su visión nos trae recuerdos de otras aventuras en este increíble lugar. Hoy la ruta dará un brusco giro a la izquierda a través de una enorme área de cenizas volcánicas. La progresión es buena salvo en las zonas de roca donde enormes pedruscos nos hacen sudar la camiseta. El terreno asciende paulatinamente con empinadas rampas que nos obligan de vez en cuando a echar pie en tierra y empujar las pesadas bicicletas. El enorme glaciar de Høgjokull resplandece intensamente frente a nosotros. Uno se siente realmente insignificante en medio de este vasto lugar rodeado de ancestrales gigantes. Podemos sentir la palpitación de la tierra, las enormes fuerzas geológicas que se esconden amenazantes bajo las cenizas y el hielo... 

En el horizonte han aparecido bellísimas cimas cubiertas de resplandecientes neveros. Es el fascinante macizo del Kerlingarfjoll. Como siempre, es un día largo y duro... y por fin, al caer la tarde, con frío y viento, alcanzamos el refugio de Setrid. Está cerrado, pero afortunadamente podemos alojarnos en su vestíbulo. Estamos, como cada día, muy cansados. Mañana cruzaremos un estrecho collado entre el glaciar de Hofsjökull y el macizo de Kerlingarfjoll. Es un paso con el que hemos soñado largamente... ¿ira todo bien? ¿Sera transitable? Podremos pasarlo sin contratiempos? 

Durante la fría y clara noche, calientes en nuestros sacos de dormir, escuchamos el aullar del viento azotando los muros de la cabaña ...

Con frío y viento llegamos a la cabaña Setrid. Está cerrado, pero podemos usar la entrada. Nos sentimos muy cansados.
Con frío y viento llegamos a la cabaña Setrid. Está cerrado, pero podemos usar la entrada. Nos sentimos muy cansados.

Mañana cruzaremos un estrecho collado entre el glaciar de Hofsjökull y el macizo de Kerlingarfjoll. Es un paso con el que hemos soñado largamente... ¿ira todo bien?


Las montañas de Kerlingarfjoll

Dia 9-10. Hoy amanece con el cielo cubierto de nubes, pero afortunadamente no llueve. Como desayuno una de las rampas más brutales en nuestra historia. Hemos de empujar las bicis haciendo esfuerzos para no rodar cuesta abajo. Es agotador. La ruta discurre hoy por pedregosos campos de lava que ascienden paulatinamente hacia el collado... Hay pedruscos por todos lados, rampas, escalones, ceniza volcánica. Una  tortura para nuestros machacados cuerpos... A pesar del frío sudamos como posesos. Las manos nos duelen, por no mencionar el creciente dolor en el trasero. Pero todo tiene un final, incluso la tortura más persistente. Así que felizmente, tras unas horas de machaque constante, en estos largos y agotadores campos de lava, atravesamos un viejo nevero, y llegamos finalmente a la cima del paso.


Tras el collado entramos en una enorme meseta donde podemos disfrutar de un emocionante descenso a buena velocidad. Somos felices y estamos en la mismísima gloria... Parece que después de situaciones donde tenemos que apretar los dientes, siempre recibimos, de una u otra manera, algo tipo compensación por el esfuerzo realizado. El paisaje al otro lado es increíble. Mucho más verdoso en esta vertiente. Totalmente primigenio y lleno de magia. Pensamos que no nos resultaría extraño ver aparecer un dinosaurio de repente... Más tarde, en un pedregoso descenso con fuerte inclinación, Anne Maria sufre una aparatosa caída. Está dolorida y un poco asustada, pero sin mayores consecuencias.

Después de este día agotador y tras cruzar incontables ríos y arroyos, alcanzamos, casi tambaleándonos, el refugio de Kerlingarfjoll. Decidimos tomarnos un día de descanso. Hemos trabajado incansablemente durante 9 días. Nos lo merecemos. La cuestión ahora es: ¿bajamos directamente hacia Gullfoss y desde ahí, volver a Reikjavik o continuamos 160 km por una ruta mucho más ardua y poco conocida hasta la costa oeste de Islandia? En realidad, todo está en manos de los dioses de la meteorología, y en nuestra capacidad de aguantar lo que nos aguarda...


En el horizonte han aparecido unas bellísimas cimas cubiertas de resplandecientes neveros. Es el fascinante macizo del Kerlingarfjoll.
En el horizonte han aparecido unas bellísimas cimas cubiertas de resplandecientes neveros. Es el fascinante macizo del Kerlingarfjoll.
Como desayuno una de las rampas más brutales en nuestra historia. Hemos de empujar las bicis haciendo esfuerzos para no rodar cuesta abajo. Es agotador.
Como desayuno una de las rampas más brutales en nuestra historia. Hemos de empujar las bicis haciendo esfuerzos para no rodar cuesta abajo. Es agotador.
El paisaje al otro lado es increíble. Mucho más verdoso en esta vertiente. Totalmente primigenio y lleno de magia. No nos resultaría extraño ver aparecer un dinosaurio de repente...
El paisaje al otro lado es increíble. Mucho más verdoso en esta vertiente. Totalmente primigenio y lleno de magia. No nos resultaría extraño ver aparecer un dinosaurio de repente...

Hveravellir Hut

Dia 11. Después de un día de merecido descanso abandonamos el refugio temprano en la mañana del día once. Finalmente, y siguiendo como siempre, nuestra tradición masoquista, nos hemos decidido por la opción más larga e incierta la ruta hacia la costa oeste a través de terreno salvaje y desconocido rodeando por el norte el glaciar Langjokull. El tiempo es desapacible y ventoso con lluvia en el ambiente. Tras unas pocas horas alcanzamos la Kjölurveg, una de las más famosas rutas en bicicleta de Islandia. El viento es muy fuerte y frio, como es habitual en aquí. Mas tarde sale el sol seguido de lluvia Es un conocido fenómeno que en esta tierra  se pueden experimentar, casi a la vez, y en el transcurso de un corto intervalo de tiempo... las 4 estaciones del año... Con frio y algo aturdidos por el constante viento, apretamos los dientes y seguimos avanzando. Por la tarde, tras muchos kilómetros, alcanzamos el idílico refugio de Hveravellir donde compartimos una pequeña cabaña con otras 2 personas. El viento sopla muy fuerte y hace mucho frio.

El tiempo es desapacible y ventoso con lluvia en el ambiente. Tras unas pocas horas alcanzamos la Kjölurveg, una de las más famosas rutas en bicicleta de Islandia.
El tiempo es desapacible y ventoso con lluvia en el ambiente. Tras unas pocas horas alcanzamos la Kjölurveg, una de las más famosas rutas en bicicleta de Islandia.
La acogedora y cálida cabaña de Hveravellir, un oasis en medio del frío desierto.
La acogedora y cálida cabaña de Hveravellir, un oasis en medio del frío desierto.

A través de la niebla

Dia 12. Pasamos una noche muy agradable en la cabaña. Hemos entablado una buena amistad con una valiente chica checoslovaca que lleva más de un mes de travesía en solitario por la isla. No es cosa pequeña. Es realmente admirable. Hay que tener redaños para ello. También conocemos a simpático piloto de avión que recorre las tierras altas en su Quad todoterreno. 

Cuando dejamos la cabaña, hace mucho frio, el viento sigue siendo muy fuerte y negros nubarrones oscurecen el horizonte. Amenaza lluvia y las perspectivas de buen tiempo son poco halagüeñas. Seguimos la Kjölurveg durante 12 km más o menos y después, girando a la izquierda, nos metemos otra vez en zona salvaje. Avanzamos por una pista relativamente buena al principio, pero que se hace muy pedregosa y más exigente después. Apenas tenemos referencias de esta ruta y sentimos una cierta inquietud por lo que nos podamos encontrar. 

Algunas rampas brutales nos hacen realmente sudar la camiseta, pero esto es el menú habitual en estas tierras, así que estoicos y sufridos, no hay otra alternativa, seguimos adelante. Empieza a llover y la niebla nos envuelve. No vemos nada. Avanzamos como autómatas durante muchos kilómetros. Estamos en lo que parece ser un alto plateau, pero no vemos nada, solo niebla y lluvia. Al cabo de unas horas esta ha penetrado casi por completo las 2 capas de Goretex de nuestras chaquetas. La perspectiva de dormir mojados nos deprime. Pero no hay nada que podamos hacer salvo aguantar y seguir tirando. El camino es difícil de encontrar algunas veces, y es solo gracias al track del gps que podemos avanzar a través de la niebla y la lluvia. 

Al final del día encontramos un sitio algo protegido donde montamos el campamento. Todo está mojado, húmedo y frio, pero tras ponernos las chaquetas de plumas y meternos una buena sopa caliente, recuperamos algo de calor y la noche no es tan mala...

Empieza a llover y la niebla nos envuelve. No vemos nada. Avanzamos como robots durante muchos km. Lluvia y más lluvia.
Empieza a llover y la niebla nos envuelve. No vemos nada. Avanzamos como robots durante muchos km. Lluvia y más lluvia.

Todo está mojado, húmedo y frío, pero después de ponernos los plumíferos y tomar una buena sopa caliente recuperamos algo del calor, y la noche no es tan mala ...
Todo está mojado, húmedo y frío, pero después de ponernos los plumíferos y tomar una buena sopa caliente recuperamos algo del calor, y la noche no es tan mala ...

Seguimos una pista apenas marcada, pasable al principio, pero luego muy rocosa y difícil. Solo tenemos vagas referencias a esta ruta.


Hacia el mar

Dia 13. El día ha amanecido con lluvia, pero afortunadamente esta cesa al cabo de un rato. Nerviosos rezamos a todo lo "rezable" para que siga así. Ponerse la ropa mojada es una prueba realmente desagradable y ansiamos empezar a pedalear para entrar en calor... Pedaleamos con frío y poca visibilidad. Y desgraciadamente la lluvia hace de nuevo, acto de presencia. La pista es realmente horrible, enormes pedruscos nos hacen sudar tinta, pero poco a poco vamos avanzando. Cabezotas somos un montón. Entre la niebla podemos sentir la potente presencia del enorme glaciar de Langjökull cuyo extremo norte estamos rodeando, antes de comenzar el ansiado descenso hacia la costa oeste. En las paradas nos refugiamos en nuestra bolsa de viento la cual nos da un poco de calorcillo y protección.

La dureza de la pista está más allá de toda duda. Rampas despiadadas se suceden unas tras otras. Algunas de ellas son realmente agotadoras y nos obligan a empujar las pesadas bicicletas. Bastante cansados, nos preguntamos cuanto durará todo esto. Pero la única manera de saberlo es siguiendo adelante. El campo de lava parece no acabarse nunca y empezamos a acusar el esfuerzo continuo...

Horas más tarde, cuando por fin empezamos a perder altura poco a poco, la temperatura se suaviza ligeramente. La niebla se abre de vez en cuando, dejándonos adivinar prados de musgo volcánico y de vez en cuando algún lago... Tras tanto tiempo en este mundo mineral inerte estos pequeños destellos de vida nos alegran el alma.

Horas más tarde, cuando por fin empezamos a perder altura poco a poco, la temperatura se suaviza ligeramente. La niebla se abre de vez en cuando, dejándonos adivinar prados de musgo volcánico y de vez en cuando algún lago... Tras tanto tiempo en este mundo mineral inerte estos pequeños destellos de vida nos alegran el alma

Montamos el campamento totalmente derrengados pero alegres de saber que a partir de mañana ya todo será mayormente en descenso y el frio intenso quedara atrás...

La pista es terrible, grandes rocas nos hacen sudar sangre, pero poco a poco vamos avanzando. Cabezotas somos un montón  ...
La pista es terrible, grandes rocas nos hacen sudar sangre, pero poco a poco vamos avanzando. Cabezotas somos un montón ...

Entre la niebla podemos sentir la presencia del gran glaciar de Langjökull cuya vertiente norte estamos rodeando...


Vuelta a la vida

Dia 14. Temprano, como cada día, desmontamos el campamento. El tiempo sigue gris y nublado, pero por el momento no llueve mientras pedaleamos por la pista que poco a poco nos acerca a la costa. Por fin el tan ansiado descenso. Bajamos rápidos, nos sentimos como volando. Nuestros cuerpos lo agradecen enormemente después de tantos días de interminables esfuerzos. La temperatura se dulcifica cada vez más y el paisaje nos devuelve poco a poco el color y el olor de la vida. Atrás queda el mundo mineral y gélido, tremendamente inhóspito y en blanco y negro, de los misteriosos "Highlands". 

Unas horas más tarde podemos vislumbrar por fin a lo lejos, el mar. Lo hemos conseguido. Nos embarga una profunda emoción y calmada alegría, es algo profundo y difícil de explicar pero que es la esencia de todo lo que nos hace emprender estos viajes. 

Pasamos una noche maravillosa entre caballos, ovejas y encantadoras personas en una "Guesthouse" a 30 km de Blönduos donde finalizaremos mañana nuestro increíble viaje.

Unas horas más tarde podemos vislumbrar por fin a lo lejos, el mar. Lo hemos conseguido. Nos embarga una profunda emoción y calmada alegría...
Unas horas más tarde podemos vislumbrar por fin a lo lejos, el mar. Lo hemos conseguido. Nos embarga una profunda emoción y calmada alegría...
Pasamos una noche maravillosa entre caballos, ovejas y encantadoras personas en una "Guesthouse" a 30 km de Blönduos donde finalizaremos mañana nuestro increíble viaje.
Pasamos una noche maravillosa entre caballos, ovejas y encantadoras personas en una "Guesthouse" a 30 km de Blönduos donde finalizaremos mañana nuestro increíble viaje.

EPILOGO

El viaje es historia ya. Hemos recorrido cientos de kilómetros, atravesando desiertos, montañas, valles, ríos e innumerables obstáculos. Ha sido realmente duro, quizás la ruta más difícil de las 3 que hemos realizado en este indescriptible país. Ya no somos jóvenes, lo éramos ya hace mucho, pero nuestros viajes, en vez de ser más fáciles, son cada vez más exigentes ¿Será que gran parte de lo que necesitamos para poder enfrentar retos exigentes reside en el corazón y en el alma, no necesariamente sólo en lo físico? ¿Quién sabe? 

Desde luego nosotros no hemos pensado ni por un momento en dejar de afrontar estas aventuras, el mundo es demasiado fascinante y misterioso como para renunciar a ellas...



PORQUE FATBIKES?

En nuestra opinión, las fatbikes son la mejor alternativa a nuestro tipo de viajes "expedición".
Desde el día en que comprobamos por primera vez cómo se comportan, no hay forma de volver a otro tipo de bicicletas.
Superan casi todo tipo de obstáculos, arena, ceniza, arcilla, rocas, grava, nieve y hielo, ríos m.m. ...
Técnicamente más simples, sin suspensión y solo 1:11 marchas, lo que reducen el riesgo de que algo se rompa.
Alcanzan velocidades suficientemente altas independientemente del terreno
Muy buenas escaladoras y muy estables.
Cómodas de montar.
Tienen un aspecto muy "chulo"
El  sonido de los neumáticos cuando ruedan es muy agradable y "cuando ruedan, ruedan de verdad".
Son auténticos caballos de batalla, lo que nos conviene perfectamente para este tipo de viajes que realizamos.


VIDEO:

Estamos trabajando activamente en la producción de un video sobre el viaje. Estará terminado en poco tiempo.